Las uñas, al igual que la piel o el pelo, pueden verse afectadas por multitud de situaciones.

Las infecciones, enfermedades de la piel como la psoriasis, liquen plano, etc., así como la ingesta de algunos medicamentos son una causa frecuente de alteración ungueal. Su afectación se manifiesta en forma de cambios en la coloración de la uña, engrosamiento o signos de fragilidad ungueal.

Aunque en general, se suele atribuir cualquier alteración de la uña a infección por hongos, en muchas ocasiones la causa infecciosa no existe, lo que puede conllevar a un retraso diagnóstico y a la no resolución del problema. Para su estudio es necesario realizar una exhaustiva exploración e historia clínica. También disponemos de exploraciones complementarias como la dermatoscopia, cultivos o biopsia del aparato ungueal.

¿Cuáles son los problemas más frecuentes de las uñas?

Una alteración en la uña es motivo de consulta frecuente al dermatólogo. Las uñas frágiles u onicosquicia se caracteriza por la presencia de una uñas finas y delgadas que pueden abrirse a capas. Es frecuente que aparezcan en personas con trabajos manuales y manos frecuentemente húmedas. Las estrías en las uñas, el engrosamiento o el despegamiento parcial o total pueden ser debidos a numerosas causas.

¿Son hongos todo lo que afecta a las uñas?

No. Aunque se tiende a achacar a los hongos la mayoría de las alteraciones de las uñas, hay muchas patologías no infecciosas como traumatismos y enfermedades dermatológicas como la psoriasis que pueden alterar la morfología natural de las uñas.

¿Existe un tratamiento único para corregir las alteraciones de las uñas?

Puesto que las enfermedades de las uñas son debidas a numerosas causas el tratamiento dependerá del diagnóstico. Conviene señalar en este sentido que las alteraciones de las uñas se parecen unas a otras, siendo difícil llegar a un diagnóstico e instaurar un tratamiento eficaz, por lo que es conveniente visitar al dermatólogo ante cualquier tipo de alteración ungueal.